En la tragedia, en la que murieron Egilda Cástula Cabrera, de 40 años de edad y su hija, Zunilda Martínez Cabrera, de 10 años, también resultó herido el maestro constructor Máximo Martínez (Llillo), de 53 años de edad, quien era esposo de la primera y padre de la segunda victimas, quienes estaban durmiendo en la misma habitación de la vivienda destruida parcialmente por el derrumbe.
Llillo Martínez narró que el hecho en el que perecieron se produjo poco antes de las 4:00 de la madrugada de hoy en el paraje Los Arroyos, sector
Martínez dijo que su hija Zunilda Martínez Cabrera acostumbraba ver televisión con él y su madre y luego se iba a su habitación, pero la noche del sábado, le dijo: "Papi, yo quiero quedarme a dormir con ustedes". A lo que tanto él, como su madre accedieron y se acostaron los tres juntos, ajenos a la tragedia que estaba en marcha, sin ellos saberlo.
El acongojado padre relató que en la madrugada oyó, entresueño, un fuerte ruido de algo que se estaba desprendiendo y de pronto oyó un impacto sobre la casa y la voz de su mujer que dijo: Dios mío y ¿Qué es esto? Y luego todo fue silencio y oscuridad. Explicó que comenzó a mover su mano izquierda e hizo contacto con la pierna de su mujer.
Reveló que la llamó, pero no le respondió. Manifestó que luego llamó a su hija Zunilda y tampoco recibió respuesta alguna, pero mantuvo la esperanza que no estuvieran muertas, sino inconscientes. Dio a conocer que como se dio cuenta de que estaban atrapadas por la tierra y el peso de los árboles, con muchos esfuerzos logró salir.
Indicó que ya fuera de la vivienda, se encontró con sus hijos Máximo y Suani Martínez Cabrera, los cuales resultaron ilesos, porque dormían en otras habitaciones de la vivienda, que no fueron sepultadas por el deslizamiento de tierra ni destruidas por el desplome de las tres matas de cedros ni por la mata de cocos.
Máximo Martínez (Llillo) refirió que de inmediato solicitaron a los vecinos más cercanos a su colapsada casa que los auxiliar, algunos de los cuales iniciaron de inmediato las labores de rescate de la madre y la hija atrapadas en el interior de la vivienda, mientras otros fueron a pedir ayuda a los bomberos de Altamira, pero cuando luego de muchos esfuerzos consiguieron recuperar sus cuerpos se dieron cuenta que las dos estaban muertas.
Como consecuencia del deslizamiento de tierra y el desplome de los cuatro árboles el paso hacia y desde el paraje Los Arroyos,
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