Que Vaina - Un Peo Ayuda A Entretener Un Vuelo En Apuro

El Nacional

No se sabe que causó más alboroto si el anuncio del piloto sobre las fallas del avión o el peo que dejó escapar un pasajero tras el informe del desperfecto en el vuelo 1901 que el sábado cubrió la ruta de Miami a Santo Domingo.

Esto ocurrió el sábado en la tarde en el aeropuerto internacional de Miami. Parecía que todo transcurriría normal pues el abordaje del airbus 300 de AA que saldría a las 5:30 de la tarde (6:30 en RD) se inició, como de costumbre con una hora de antelación.

Los pasajeros comenzaron a inquietarse cuando pasada una hora, el avión no había sido siquiera encendido y muchos se miraban unos a otros sin atreverse a preguntar.

Cinco minutos después, a las 6:35, el piloto anunció, primero en inglés y luego en español, que el retraso se debía a que se había detectado una falla en el motor izquierdo de la nave y que no bombeaba la gasolina. Muchos abrieron los ojos en señal de asombro y otros comenzaron a lamentar el percance, incluido un grupo que venía ataviado para participar de una boda y tenían el tiempo encima.

Al parecer, por recordar que hacía apenas 15 días un piloto de US Airways con 155 personas a bordo se había visto precisado a “aterrizar” su nave en las frías aguas del río Hudson, en Nueva York, un pasajero dejó escapar un pedo que fue casi tan comentado como el anuncio sobre la falla en el avión.

“C… parece que la gasolina ya comenzó a caer aquí adentro”, dijo una señora que se pasó la noche bromeando y dando ánimo a algunos de los atemorizados viajeros. Otros miraban hacia los lados para determinar de dónde había provenido la emanación intestinal que tardó varios minutos en disiparse debido a la presurización interna del avión.

Algunos de los que se percataron del mal olor se quedaron tranquilos para no dar señales que le pudieran atribuir responsabilidades. Era claro que nadie se iba a inculpar.

Ante ese estado de confusión, llegó por los altoparlantes un informe esperanzador: ya se había detectado la falla, que buscaban la pieza para la reparación y que en media hora partiría la nave.

Mientras tanto se había despejado el panorama y prevalecía una situación de calma entre los pasajeros que continuaban haciendo chistes y tratando de dar valor a sus compañeros de viajes para que no abandonaran la nave y así evitar mayores retrasos en vista de que había que dar tiempo para sacar las valijas de los desertores.

Se dijo que sólo dos pasajeros, un hombre y una mujer, decidieron no hacer el viaje que finalmente salió pasadas las ocho de la noche y realizó todo el trayecto sin ningún inconveniente aunque con algunas turbulencias que fueron señaladas por los tripulantes cuando se producían.

No obstante, este redactor no le perdió la vista al motor causante del retraso ya que venía sentado justo en la ventanilla izquierda de la nave, la cual aterrizó en Las Américas pasadas las 11:00 de la noche. Dadas las circunstancias: estalló un aplauso.

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